miércoles, 14 de febrero de 2024

B3.8. Identifica, analiza y comenta las siguientes esculturas de Bernini: David, Apolo y Dafne, El éxtasis de Santa Teresa, Cátedra de San Pedro

BERNINI

Características generales que podéis utilizar al comienzo del comentario de cualquiera de sus obras escultóricas:

  • “El artista de la Contrarrefoma”
  • Arquitecto, urbanista, pintor, dramaturgo, toda su obra transmite la intensidad emocional que requiere la espiritualidad de la Contrarreforma.
  • Representa los sentimientos en su máxima expresión.
  • El movimiento captado en la fugacidad de un instante.
  • Su virtuosismo técnico transmite calidades táctiles.
  • Exagera el movimiento mediante diagonales, contorsiones, espirales.
  • Con la luz consigue potenciar la emoción y el movimiento.
David 
(1622)

Mármol. Talla

David aparece aquí tensando la onda para atacar a Goliat. La dinámica de la figura se enfatiza por medio de una composición piramidal con varios puntos de vista. Se sirve de la espiral para plasmar el movimiento.
La tensión y el drama no quedan reducidas al propio personaje, sino que se transmite al espectador que queda incluido dentro de la composición. 
Aunque la figura nos invita a roderla fue concebida para ser colocada delante de una pared, por lo que el punto de vista único, si nos colocamos frente a ella, nos permite percibir la máxima intensidad y la violencia del movimiento.


Es de destacar el gesto de rabia de la expresión de David. Podemos ver la evolución con respecto al David de Donatello y al David de Miguel Ángel.


Labios contraídos, músculos rígidos, ceño fruncido, 
fosas nasales hinchadas, mirada fija, resuelta y decidida.

"como un deportista en el momento previo al lanzamiento"





Ha superado el estatismo de la escultura renacentista y nos muestra la realidad de un instante.


Apolo y Dafne


(1625)
La fugacidad de un instante:




Mármol. Talla
Se conserva en la Gallería Borghese en Roma.
Composición abierta. Las diagonales crean una composición llena de dinamismo. Capta el instante. Es la mejor plasmación del instante y del movimiento.


Importancia de los sentimientos expresados en su máxima intensidad. El grito de horror de Dafne y el rostro perplejo de Apolo nos muestran un contraste de actitudes y aspectos que reflejan el interés por la representación de las emociones y los afectos.
Detallismo anatómico. Virtuosismo técnico para captar calidades táctiles en la representación de la piel y de las texturas. 
Expresividad, potencial dramático de la luz. Bernini se interesó mucho en estos efectos.

La temática está sacada de la Metomorfosis de Ovidio:
Dafne, nombre que en griego significa laurel, era una ninfa hija del dios-río Peneo que transcurre por la región de Tesalia. El dios Apolo amaba a Dafne con una gran pasión pero la ninfa no le correspondía y le esquivaba. En una ocasión Apolo perseguía a Dafne y ésta huía hacia las montañas para evitarlo. Cuando el dios estaba a punto de alcanzarla, la joven dirigió una plegaria a Zeus, suplicándole que la metamorfoseara para poder escapar al asedio del dios. Su petición fue escuchada y concedida, y al momento la joven comenzó a transformarse en un laurel. De sus pies iban saliendo raíces y sus extremidades se convertían en frondosas ramas del árbol que desde ese momento fue el consagrado al dios Apolo y pasó a representarlo


También se puede aplicar una lectura de carácter moral, como premio a la virtud y a la virginidad.
El laurel se pone al vencedor en los juegos.
El papa Urbano VIII hizo inscribir al pie de la escultura el siguiente texto en latín:

"Quien, amante, persigue los placeres de la belleza fugaz,
llena sus manos de hojarasca o bien recoge frutos amargos"

Y es que en obras como esta, Bernini consiguía transmitir un dramatismo y una espiritualidad emocional afines a la espiritualidad de la contrarreforma.

Pese a ser una escultura exenta. Bernini la diseñó para ser observada desde un único punto de vista (como el David), concepción heredada de la pintura renacentista, aunque su fuerza y movimiento nos invitan a rodearla.


De cara al significado podéis citar esta otra obra, que está en la misma línea de Apolo y Dafne:
El Rapto de Proserpina




Fue encargada por Scipione Borghese, que se la cedió al Cardenal Ludovico Ludovisi en 1622, quien la llevó a su villa. Permaneció allí hasta1908, cuando el Estado italiano la adquirió y la devolvió a la Galleria Borghese.
Es una gran estatua de mármol, perteneciente a un grupo escultórico ejecutado por el artista. Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.
La posición, un contraposto retorcido, es una reminiscencia del Manierismo, y permite una observación simultánea del rapto (según se mira desde la izquierda) con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta; de la llegada al Hades (mirando de frente, parece llevar en brazos a su víctima); y de la petición de Proserpina a su madre de regresar durante seis meses a la Tierra (si contemplamos desde la derecha, con las lágrimas de la mujer, el viento sobre su pelo y el Can Cerbero ladrando).
Es notable la representación de los detalles: Proserpina empuja la cabeza de Plutón estirando su piel, y los dedos de este aprietan cruelmente la carne de Proserpina tratando de inmovilizarla.


La historia del Rapto de Proserpina, tomada de "La Metamorfosis" de Ovidio sirvió a Bernini como inspiración para recrear en piedra un episodio de gran dinamismo, contrastando el frágil y desprotegido cuerpo de Proserpina con la viva y anatómica figura de Plutón. El escultor se recrea en el sensual y delicado cuerpo de la joven, cogida por el brutal Plutón del que se intenta liberar en vano.

El éxtasis de Santa Teresa


(1647-1652)



Mármoles y jaspes de colores. Bronce
Iglesia de Santa María della Victoria. Roma
El cardenal Cornaro, le encargó remodelar el brazo izquierdo del crucero de la iglesia carmelita de Santa María della Vittoria a fin de convertirlo en su capilla funeraria. Aquí preparó un auténtico teatro para enseñar al mundo la irrefutable muestra de la santidad de Teresa (canonizada en el año 1622).
Bernini logró el realismo más exquisito al esculpir el pesado manto de la monja, las nubes vaporosas, el velo ligero y la tierna epidermis del ángel adolescente. 
Una enigmática sonrisa modela la cara de este ángel. Es una sonrisa ambigua, entre maliciosa y beatifica La expresión del rostro de la santa es la de la pérdida de la consciencia, cerrados los ojos, abiertos los labios y las aletas de la nariz. Las manos y los pies expresan un abandono total, en dramática actitud.



                                        


Al mismo tiempo, el cuerpo suspendido en el aire y el movimiento en diagonal que lo anima nos hace creer en lo imposible.
Una abertura al.exterior, cerrada por un vidrio amarillo y colocada por encima y más atrás que el grupo, baña la escena con una luz mágica.

La escena representada es la que describe Santa Teresa en el capitulo XXIX de su autobiografía: se le apareció un ángel en forma corpórea con una cara bellísima y toda iluminada. El ángel sacó un dardo, que le pareció tener la punta inflamada, con el que le traspasó las entrañas, pareciendo, al retirarse, que le daba vida y dejándola toda agitada en grande amor de Dios". Dice la santa que el dolor y el placer que este dardo le produjo no era corporal, sino espiritual, por bien que el cuerpo no le fuese del todo extraño.
La familia Cornaro se asoma a contemplar la escena a unos balcones laterales en las paredes de la capilla. Las tradicionales tumbas de pared son aquí sustituidas por "palcos de teatro".


El efecto escenográfico, tan barroco, está plenamente conseguido; casi nos sentimos intrusos en la escena, donde escultura, arquitectura y pintura se funden en una sola cosa atrayéndonos.  En esta escultura se asumen algunas cualidades de la pintura.  La situación del grupo dentro de su marco arquitectónico, la iluminación procedente de la ventana oculta refuerzan la impresión de color que proporciona el dorado y los mármoles de colores.  También los ángeles y las nubes pintadas en la bóveda tienen una cierta cualidad escultórica La religiosidad surgida en la Contrarreforma ya no se limita a utilizar el arte para explicar unos contenidos, como sucedía en la Edad Media. La teatralidad barroca se despliega para persuadir y convertir a través de representaciones que arrebaten los sentidos.
La capilla es un derroche de mármoles y jaspes de colores; recuerda a un teatro en el que el nicho sobre el altar hace las veces de escenario a la famosa escena del éxtasis.
Bernini será un referente para toda la escultura posterior.

De cara al significado podéis citar esta otra obra en la misma línea del éxtasis de Santa Teresa:
Beata Ludovica Albertoni


Mármol blanco. Realizada entre 1671 y 1674
La beata Albertoni tuvo varios éxtasis místicos, que alcanzaron gran fama y difusión en aquel tiempo. Murió en Roma el 31 de enero de 1533. Inmediatamente, después de su muerte, gozó de culto público, que fue confirmado oficialmente por el papa Clemente X el 28 de enero de 1671. Su cuerpo se conserva en el espléndido sepulcro marmóreo que el cardenal Paluzzo Albertoni Altieri mando realizar. Fue el gran escultor Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), quien años antes había esculpido el "Extasis de santa Teresa" para la Capilla Cornaro , quien realizó ésta magnífica obra.

Bernini  colocó a la Beata, en tamaño mayor que el natural 188 cm, no difunta, sino reclinada en el éxtasis místico en que murió. 
Bernini proyecto todo el marco de la pequeña capilla, incluso la ventana en la que se filtra la luz a través de una claraboya invisible, casi inexistente, fuera de este mundo, una luz que cae como un chorro de gracia sobre el rostro de la beata.


                                       

En el  rostro de esta escultura se reflejan juntamente el sufrimiento humano y la felicidad celestial. Ella vivió repetidas experiencias de visiones y éxtasis místicos, y Bernini, quiso representarla en el momento de su muerte, pero transformando ese lance dramático en un momento de éxtasis y de unión mística con su Señor. Su rostro está fuera de este mundo, poseído por la divinidad, arrebatado, en éxtasis...



Cátedra de San Pedro


Con su actuación en el interior de la basílica de San Pedro, Bernini combina el espacio renacentista de Miguel Ángel con elementos barrocos como el  Baldaquino y la cátedra de San Pedro. Por su proximidad y por formar un conjunto, podemos hacer referencia a ambos, ya que además, el Baldaquino, pese a ser una estructura arqitectónica está tratado de manera escultórica en todo su conjunto.

Baldaquino de San Pedro del Vaticano.


Encargo del Papa Urbano VIII
S. XVII (1675 - 1706)
Basílica de San Pedro del Vaticano. Roma. (Italia)

El conjunto realizado en bronce, tiene 29 metros de altura.
Bernini, construyó el Baldaquino de San Pedro (1624), sobre la tumba del apóstol y debajo de la cúpula de Miguel Ángel.



Cuatro columnas salomónicas con capitel de orden compuesto sostienen un entablamento ondulado, coronado por un dosel, decorado con figuras de ángeles y niños, sobre el que se  alzan cuatro volutas que convergen en el globo terráqueo que sostiene una cruz. Las columnas se apoyan en un podio de mármol blanco
El Baldaquino realza la cúpula de Miguel Ángel y atrae la mirada de los fieles hacia ella.
Da importancia al lugar más importante de la cristiandad: la tumba de Pedro, fundador de la Iglesia y debajo de la cúpula de Miguel Ángel símbolo de la cristiandad.
Por los materiales y los recursos decorativos, contribuye a transformar un espacio renacentista en uno barroco.
Se trata de una síntesis entre escultura y arquitectura; recrea un baldaquino similar al usado en las procesiones pero en escala gigante.


La cátedra de San Pedro
(1656-1666)
Situada en el ábside.
La concibe como un transparente.


En el prebiterio de la basílica de San Pedro.
La cátedra es un trono de madera que la tradición guarda como una reliquia, pues supuestamente fue el asiento de Pedro como primer "obispo" de Roma. Bernini crea esta obra barroca para ensalzar y proteger dicha cátedra.
Enmarcado por cuatro pilastras, en el centro se encuentra el trono de bronce dorado, en cuyo interior se encuentra el asiento de madera. Está decorado con un relieve que representa la entrega de las llaves.
El trono se apoya sobre cuatro grandes estatuas que representan a cuatro grandes doctores de la iglesia: 
En primer plano y con tiara, San Agustín y San Ambrosio, padres de la iglesia de occidente. Y en segundo plano, San Atanasio y San Juan Crisóstomo, padres de la iglesia oriental.


Por encima del trono de alabastro, decorado con estuco dorado con decoración de ángeles y nubes, queda enmarcada una vidriera en la que se representa al Espíritu Santo con forma de paloma (con una envergadura de 162 cm). Se trata de la única vidriera coloreada de toda la basílica.

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