FACHADA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
Obra de autor desconocido, realizada sobre edificio anterior en el reinado de
los Reyes Católicos, entre 1516 y 1519.
La fachada
con la que nos encontramos debemos considerarla, más que como una arquitectura,
como un gigantesco relieve que moderniza el edificio anterior y lo pone
en relación con las nuevas necesidades propagandísticas de la monarquía
autoritaria creada por los Reyes Católicos.
La
estructura es muy
simple. Sobre dos puertas gemelas de arcos carpaneles (motivo gótico) se
desarrolla una superficie en vertical limitada por dos pilastras. Se divide en
tres registros horizontales (como si fuera un retablo), separados por fuertes
líneas de imposta, siendo rematado el conjunto por una crestería. Cada uno de estos
cuerpos se divide por cuatro pilastras que desaparecen en el tercero de ellos,
organizado en torno a un gran arco central y dos nichos más pequeños y
simétricos.
Los motivos decorativos son muy variados. Entre
los más importantes destacan los relacionados con
la monarquía, como el tondo del
primer cuerpo con el retrato de los Reyes Católicos.
En el segundo cuerpo, los escudos con las armas de
los Reyes Católicos y Carlos V rodeados por la cadena de la que pende el Toisón
de Oro.
Y en el
tercero la imagen, en el nicho de la izquierda, de Hércules, héroe clásico
frecuentemente vinculado a los orígenes míticos de la monarquía hispana, y en
el contrario, el de Afrodita o Venus, interpretable también en el mismo sentido.
Unido a estos motivos se encuentra la religión, como es tradicional en España, que es representada por la
imagen del Papa rodeado de prelados (obispos) en el arco de la zona superior.
Junto a
ellos, aparecen elementos de origen
clásico importados del arte italiano, como veneras, medallones, amorcillos o
putti, máscaras, animales fantásticos... Entre ellos destacan los grutescos o
decoración de candelieri, compuestos por jarrones entrelazados
con un fuerte sentido vertical, con elementos vegetales que se desarrollan en
numerosas curvas y contracurvas cubriéndolo todo.
La
organización de
esta decoración se somete a una férrea estructura simétrica en
torno a un eje axial central en donde se encuentran los motivos más
significativos (Iglesia en el cuerpo alto con el Papa y sus símbolos de la
tiara pontificia, llaves y cátedra; escudo Reyes Católicos con el Toisón de Oro
y retrato doble de los Reyes Católicos con el bastón de mando).
Por otra
parte, se observa una escala de ornamentacióncuidadosamente graduada,
con un relieve que se remarca en altura, pasando de un bajo relieve en el
cuerpo más cercano a otro más alto y abultado en el superior. Se trata de una
forma de hacer que tiene en cuenta al espectador y su progresiva distancia a la
parte vista que crecerá en bulto y escala cuanto más alta se encuentre. En
tercer lugar, la decoración se extiende por toda la fachada (horror vacui)
generando una sensación de riqueza. De esta manera, se da una mayor importancia
al conjunto que al detalle, creando un verdadero tapiz ornamental.
En toda la
fachada se observa un fuerte contraste entre las líneas rectas(pilastras,
entablamentos, escudos) que tienen como misión organizar de forma racional todo
el conjunto y hacer más fácil su lectura, y las curvas de
arcos y grutescos que dinamizan la obra, generando un constante movimiento
frenado por sus propios límites y consiguiendo, a la postre, un feliz resultado
en donde razón y sentimiento se armonizan y estabilizan.
Comentario.
Nos
encontramos ante una obra típicamente plateresca como puede
observarse en el citado horror vacui y en la presencia de motivos renacentistas
mezclados con otros de origen gótico.
Tal estilo
demuestra de forma palpable el carácter problemático de nuestro Renacimiento.
Esto se debe, en gran parte, al hecho de ser este estilo, en lo que se refiere
a España, un movimiento artístico importado, siéndolo además de una manera
parcial y sin una lógica cronológica.
Como ya es
conocido, lo renacentista entra en España de una forma tardía y fragmentaria.
Su primer conocimiento deriva de los libros de arquitectura y decoración, lo
cual hace que, aun sin comprender las verdaderas bases filosóficas del estilo,
las obras como ésta que analizamos se llenen de motivos clásicos, como el de los
grutescos, cuyo origen estaba en los descubrimientos arqueológicos efectuados
en las grutas del Esquilino (Domus Aúrea), restos del gran palacio que había
hecho edificar Nerón tras el incendio de Roma.
De esta
forma, del Renacimiento italiano se conoce lo ornamental, dándonos un aspecto
de clasicismo que, si nos detenemos un poco en la observación, rápidamente
comprendemos que es falso, como a continuación veremos.
Por una
parte, la fachada no es más que eso, una pura pantalla sin ningún
tipo de intervención arquitectónica. Para nada anuncia al espectador la
estructura interna del edificio, sino, por el contrario, intenta enmascararla,
ocultarla bajo un puro efecto decorativo.
Por otra, aunque
los motivos sean de origen clásico, su organización no lo es.En su génesis, más que lo renaciente, se encuentran los modos góticos que
habían proliferado a finales de siglo en relación con el flamígero. Dentro de
ese estilo ya se había formulado la idea de fachada telón que no era otra cosa que
sacar al exterior, realizándolos en piedra, los retablos que adornaban las
cabeceras de los templos góticos. Así sucedía en algunos edificios de Valladolid, como San Gregorio (hoy museo de escultura).
Lo ornamental, sustituyendo los
motivos góticos de las fachadas citadas por otros de origen clásico, aunque
organizándolos de la misma manera y con idéntico horror vacui tan
típico del periodo flamígero.
Por otra
parte, y en relación con esto último, hay que subrayar que lo puramente
renacentista utiliza como decoración los propios elementos estructurales, como
ocurría con un monumento rigurosamente coetáneo al que estudiamos, el templete
de San Pietro in
Montorio de Bramante
En él sólo existe lo que es necesario
(columnas, entablamentos, cúpula...), reservándose la decoración para lugares
muy concretos como podrían ser las metopas. En la Universidad de Salamanca, por
el contrario, lo ornamental desborda todo y prima sobre lo estructural,
que en realidad no existe, pues ni los pilares ni las pilastras sujetan nada y
sólo sirven de marco para la exposición de la decoración. (En este sentido, el
referente italiano más cercano al caso español sería el renacimiento lombardo,
también interesado en lo decorativo y que tanto influirá, entre otras cosas, en las plantas
cruciformes rodeadas de patios de los hospitales desde los proyectos de
Filarete recogidos para los ejemplos de Toledo, Santiago de
Compostela o Granada).
Por último,
es bastante significativo a la hora de comprobar el carácter tan poco ortodoxo
de este plateresco la mezcla, en el mismo monumento, de
motivos clásicos ya citados con otros de origen gótico (arcos
carpaneles, aparición de la crestería...), haciéndonos ver lo que de híbrido
tiene este estilo que analizamos en donde los recuerdos medievales aún no han
desaparecido y se mezclan con los clásicos en un intento de reformar el
lenguaje sin haberlo comprendido del todo, pues, como ocurría a otros niveles,
no existía un verdadero ambiente renacentista, sin aquellos humanistas y
mecenas que en Italia habían logrado cambiar la forma de ver y hasta de pensar.
Nuestro
plateresco es, por todo ello, una solución de compromiso que sólo con las
nuevas generaciones de arquitectos, ya directamente formados en Italia (Machuca
o Covarrubias),
lograrán hacer (tanto en lo ornamental como en las estructuras) verdaderamente
clásico. Para ello deberemos de esperar al reinado de Carlos V, pues mientras
sean los Reyes Católicos los que ejerzan el mecenazgo,
como ocurre en este caso, buscarán ante todo un arte que glorifique la
institución de la nueva monarquía, mostrándose bastante
eclécticos a la hora de elegir estilos (a la vez que se encarga esta fachada
plateresca, la misma reina Isabel le encargará a Gil de Siloé,
artista por completo gótico, la decoración medieval de la Cartuja de Miraflores).
Esta fachada es, además, uno de los
ejemplos más tempranos del estilo y, por tanto, donde es más clara su filiación a la mentalidad gótica. Años más tarde, el plateresco irá purificando
sus líneas y reduciendo su decoración a lugares concretos (portadas, marcos de
ventanas...) como se puede observar en la obra de Gil de Hontañón (Fachada
de la Universidad de Alcalá de Henares). De esta
evolución hacia una mayor sobriedad se pasará al llamado purismo de tiempos del
emperador, citado anteriormente.
PALACIO DE CARLOS V EN LA
Palacio de Carlos V
Fecha: 2 ½ s. XVI [ 1550 ]
Estilo: Renacimiento Español: Clasicismo
Autor: Pedro Machuca
Material: Piedra. [ Caliza ]
El emperador Carlos V, enamorado de la Alhambra, hizo construir en su mismo corazón un palacio, símbolo del impero y de su impulso renovador.
Comentario en la página 42 del cuadernillo.
SIGNIFICADO / CONTEXTO Todos los palacios tienen una doble función: representación del poder y servir de residencia a al que lo manda
construir. Está construido dentro de la Alhambra de Granada y para ello hubo
que destruir una parte de los palacios nazaríes. Aquí el Emperador y Rey
recibía, tenía audiencias con la nobleza y a su vez era la residencia oficial
cuando estaba por España. Representa muy bien la forma en como se concibió en
Castilla el Renacimiento. Poco a poco se fueron introduciendo formas,
elementos, influencias del Renacimiento Italiano, algo más tardíamente y
especialmente de arquitectos del s. XVI, de la arquitectura manierista (
Serlio, Paladio etc.) En esta fase del Renacimiento en España que se llama,
CLASICISMO O PURISMO, se caracteriza por el abandono de todos los excesos
decorativos del periodo anterior, dominando las líneas rectas, los volúmenes
claros y geométricos: el cuadrado, el círculo. Aquí se ven las influencias del
humanismo, de las teorías NEOPLATÓNICAS.
Situado junto al monte Abantos en la Sierra de Guadarrama,
este monumental complejo fue mandado construir por el rey Felipe II para
conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557 sobre las tropas
de Enrique II, rey de Francia y para servir de lugar de enterramiento de los
restos de sus padres, el emperador Carlos I e Isabel de Portugal, los suyos
propios y los de sus sucesores, así como un lugar de residencia para los
monarcas. La planta del edificio, con sus torres, recuerda la forma de una
parrilla, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que esto se hizo así en
honor a San Lorenzo, martirizado en Roma asándole en una parrilla y cuya
festividad se celebra el 10 de agosto, esto es el día que tuvo lugar batalla de
San Quintín, de ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su
alrededor.
En realidad el origen arquitectónico de su planta es muy
controvertido. Dejando a un lado la feliz casualidad de la parrilla, que no
apareció hasta que Herrera eliminó las seis torres interiores de las fachadas,
la planta parece estar basada más bien en las descripciones del Templo de
Salomón del historiador judeo-romano Flavio Josefo, modificadas por la
necesidad de adaptar esa idea a las necesidades del programa monástico y a las múltiples
funciones que Felipe II quiso que albergara el edificio: panteón, basílica,
convento, colegio, biblioteca, palacio, etc. Todo ello llevó a duplicar las
dimensiones iniciales del edificio. Las estatuas de David y Salomón, flanquean
la entrada a la iglesia como recuerdo a ese origen y mostrando el paralelismo
con el guerrero Carlos V y el prudente Felipe II (David y Carlos los reyes guerreros y Salomón y Felipe los reyes prudentes)
Del mismo modo, el fresco de Salomón se sitúa en el centro de la biblioteca mostrando su imagen de mayor sabiduría: el famoso episodio con la Reina de Saba.
Del mismo modo, el fresco de Salomón se sitúa en el centro de la biblioteca mostrando su imagen de mayor sabiduría: el famoso episodio con la Reina de Saba.
La obra dio comienzo, con la colocación de su primera piedra
el 23 de abril de 1563. y fue encargada al arquitecto Juan Bautista de Toledo,
que no pudo finalizarla al morir en 1567, Después de un breve período (1567 -
1569) en el que Giovanni Battista Castello 'El Bergamasco' asume la dirección y
se construye la magnifica escalera principal del Monasterio, toma la dirección
Juan de Herrera, que ya había sido ayudante de Juan Bautista de Toledo, quien la llevó a término en 1584, con tanto acierto que su obra dio origen a la denominada en arquitectura escuela herreriana. Al morir Juan Bautista de Toledo, se había finalizado la fachada del Jardín de los Frailes y gran parte del Monasterio, encontrándose casi finalizado el Patio de los Evangelistas.
Juan de Herrera, que ya había sido ayudante de Juan Bautista de Toledo, quien la llevó a término en 1584, con tanto acierto que su obra dio origen a la denominada en arquitectura escuela herreriana. Al morir Juan Bautista de Toledo, se había finalizado la fachada del Jardín de los Frailes y gran parte del Monasterio, encontrándose casi finalizado el Patio de los Evangelistas.
Los grandes conocimientos de geometría de Juan de Herrera
cambian la imagen del edificio, modificando las proporciones del complejo, la
disposición de la fachada y las torres proyectadas por su antecesor.
Continuando la traza de Juan Bautista de Toledo, simplifica su planteamiento.
Mediante su aportación, contrastando con la sencillez de las formas y la
austeridad de sus cuatro fachadas, el edificio se convierte en una alarde de
ostentación y grandeza. La portada principal de soberbias proporciones, entre
el Patio de los Reyes y la Iglesia, destruye la correspondencia clásica entre
la fachada y la estructura, impidiendo ver desde fuera la fachada de la Iglesia
a la que se llega a través del Patio de los Reyes. La influencia de Juan de
Herrera, decisiva en el Real Monasterio, tiene una enorme influencia en la
arquitectura española del momento, creando el estilo denominado Herreriano o
Escurialense, caracterizado por la sobriedad.
La Iglesia
En esta nueva etapa, se convoca un concurso para la
construcción de la Iglesia, al que acudieron numerosos artistas italianos. Se
eligió el proyecto de un artista italiano, Doménico Fancelli, que lo único que
hizo fue trasladar los planos de San Pedro del Vaticano con algunas
modificaciones. La planta de la Iglesia tiene como antecedente las plantas de
cruz griega desarrolladas por Bramante, cubiertas con cúpula. Es de cruz griega
inscrita en un cuadrado, pero se convierte en basilical al añadir un vestíbulo
o nartex de cierto desarrollo (como en San Pedro Vaticano).
Las cubiertas son de medio cañón en los brazos, bóvedas rebajadas o baldas en los ángulos y una airosa cúpula central sobre tambor. El altar está situado en alto sobre el panteón real. La fachada de esta iglesia también es muy seria donde destacan las pilastras dóricas sobre las que corre un entablamento con triglifos y metopas.
Las cubiertas son de medio cañón en los brazos, bóvedas rebajadas o baldas en los ángulos y una airosa cúpula central sobre tambor. El altar está situado en alto sobre el panteón real. La fachada de esta iglesia también es muy seria donde destacan las pilastras dóricas sobre las que corre un entablamento con triglifos y metopas.
La Biblioteca
El Panteón de Reyes
Consta de 26
sepulcros de mármol donde reposan los restos de los reyes y reinas que lo son
por derecho propio de las casas de Austria y Borbón,
excepto Felipe V y Fernando VI. También reposan los restos de los consortes que
son madres o padres de rey. Los últimos restos depositados en el panteón han sido los del rey
Alfonso XIII. Su esposa la reina Victoria Eugenia de Battemberg, su hijo S.A.R.
don Juan de Borbón y Battenberg, conde de Barcelona y su esposa S.A.R. doña
María de las Mercedes de Borbón y Orleans, condesa de Barcelona, padres del actual
rey de España S.M. don Juan Carlos I de Borbón y Borbón. Con ellos se ocuparán
todos los sepulcros del Panteón Real.
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