miércoles, 14 de febrero de 2024

B3. 4. Identifica, analiza y comenta las siguientes obras arquitectónicas del Renacimiento español: fachada de la Universidad de Salamanca; Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada, de Pedro Machuca; Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, de Juan de Herrera.


FACHADA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA


Obra de autor desconocido, realizada sobre edificio anterior en el reinado de los Reyes Católicos, entre 1516 y 1519.
La fachada con la que nos encontramos debemos considerarla, más que como una arquitectura, como un gigantesco relieve que moderniza el edificio anterior y lo pone en relación con las nuevas necesidades propagandísticas de la monarquía autoritaria creada por los Reyes Católicos.
La estructura es muy simple. Sobre dos puertas gemelas de arcos carpaneles (motivo gótico) se desarrolla una superficie en vertical limitada por dos pilastras. Se divide en tres registros horizontales (como si fuera un retablo), separados por fuertes líneas de imposta, siendo rematado el conjunto por una crestería. Cada uno de estos cuerpos se divide por cuatro pilastras que desaparecen en el tercero de ellos, organizado en torno a un gran arco central y dos nichos más pequeños y simétricos.
Los motivos decorativos son muy variados. Entre los más importantes destacan los relacionados con la monarquía, como el tondo del primer cuerpo con el retrato de los Reyes Católicos.


En el segundo cuerpo, los escudos con las armas de los Reyes Católicos y Carlos V rodeados por la cadena de la que pende el Toisón de Oro.  



Y en el tercero la imagen, en el nicho de la izquierda, de Hércules, héroe clásico frecuentemente vinculado a los orígenes míticos de la monarquía hispana, y en el contrario, el de Afrodita o Venus, interpretable también en el mismo sentido.



Unido a estos motivos se encuentra la religión, como es tradicional en España, que es representada por la imagen del Papa rodeado de prelados (obispos) en el arco de la zona superior.
Junto a ellos, aparecen elementos de origen clásico importados del arte italiano, como veneras, medallones, amorcillos o putti, máscaras, animales fantásticos... Entre ellos destacan los grutescos o decoración de candelieri, compuestos por jarrones entrelazados con un fuerte sentido vertical, con elementos vegetales que se desarrollan en numerosas curvas y contracurvas cubriéndolo todo.
La organización de esta decoración se somete a una férrea estructura simétrica en torno a un eje axial central en donde se encuentran los motivos más significativos (Iglesia en el cuerpo alto con el Papa y sus símbolos de la tiara pontificia, llaves y cátedra; escudo Reyes Católicos con el Toisón de Oro y retrato doble de los Reyes Católicos con el bastón de mando).
Por otra parte, se observa una escala de ornamentacióncuidadosamente graduada, con un relieve que se remarca en altura, pasando de un bajo relieve en el cuerpo más cercano a otro más alto y abultado en el superior. Se trata de una forma de hacer que tiene en cuenta al espectador y su progresiva distancia a la parte vista que crecerá en bulto y escala cuanto más alta se encuentre. En tercer lugar, la decoración se extiende por toda la fachada (horror vacui) generando una sensación de riqueza. De esta manera, se da una mayor importancia al conjunto que al detalle, creando un verdadero tapiz ornamental.
En toda la fachada se observa un fuerte contraste entre las líneas rectas(pilastras, entablamentos, escudos) que tienen como misión organizar de forma racional todo el conjunto y hacer más fácil su lectura, y las curvas de arcos y grutescos que dinamizan la obra, generando un constante movimiento frenado por sus propios límites y consiguiendo, a la postre, un feliz resultado en donde razón y sentimiento se armonizan y estabilizan.
Comentario.
Nos encontramos ante una obra típicamente plateresca como puede observarse en el citado horror vacui y en la presencia de motivos renacentistas mezclados con otros de origen gótico.
Tal estilo demuestra de forma palpable el carácter problemático de nuestro Renacimiento. Esto se debe, en gran parte, al hecho de ser este estilo, en lo que se refiere a España, un movimiento artístico importado, siéndolo además de una manera parcial y sin una lógica cronológica.
Como ya es conocido, lo renacentista entra en España de una forma tardía y fragmentaria. Su primer conocimiento deriva de los libros de arquitectura y decoración, lo cual hace que, aun sin comprender las verdaderas bases filosóficas del estilo, las obras como ésta que analizamos se llenen de motivos clásicos, como el de los grutescos, cuyo origen estaba en los descubrimientos arqueológicos efectuados en las grutas del Esquilino (Domus Aúrea), restos del gran palacio que había hecho edificar Nerón tras el incendio de Roma.
De esta forma, del Renacimiento italiano se conoce lo ornamental, dándonos un aspecto de clasicismo que, si nos detenemos un poco en la observación, rápidamente comprendemos que es falso, como a continuación veremos.
Por una parte, la fachada no es más que eso, una pura pantalla sin ningún tipo de intervención arquitectónica. Para nada anuncia al espectador la estructura interna del edificio, sino, por el contrario, intenta enmascararla, ocultarla bajo un puro efecto decorativo.
Por otra, aunque los motivos sean de origen clásico, su organización no lo es.En su génesis, más que lo renaciente, se encuentran los modos góticos que habían proliferado a finales de siglo en relación con el flamígero. Dentro de ese estilo ya se había formulado la idea de fachada telón que no era otra cosa que sacar al exterior, realizándolos en piedra, los retablos que adornaban las cabeceras de los templos góticos. Así sucedía en algunos edificios de Valladolid, como San Gregorio (hoy museo de escultura).

Lo ornamental, sustituyendo los motivos góticos de las fachadas citadas por otros de origen clásico, aunque organizándolos de la misma manera y con idéntico horror vacui tan típico del periodo flamígero.
Por otra parte, y en relación con esto último, hay que subrayar que lo puramente renacentista utiliza como decoración los propios elementos estructurales, como ocurría con un monumento rigurosamente coetáneo al que estudiamos, el templete de San Pietro in Montorio de Bramante 
En él sólo existe lo que es necesario (columnas, entablamentos, cúpula...), reservándose la decoración para lugares muy concretos como podrían ser las metopas. En la Universidad de Salamanca, por el contrario, lo ornamental desborda todo y prima sobre lo estructural, que en realidad no existe, pues ni los pilares ni las pilastras sujetan nada y sólo sirven de marco para la exposición de la decoración. (En este sentido, el referente italiano más cercano al caso español sería el renacimiento lombardo, también interesado en lo decorativo y que tanto influirá, entre otras cosas, en las plantas cruciformes rodeadas de patios de los hospitales desde los proyectos de Filarete recogidos para los ejemplos de Toledo, Santiago de Compostela o Granada).
Por último, es bastante significativo a la hora de comprobar el carácter tan poco ortodoxo de este plateresco la mezcla, en el mismo monumento, de motivos clásicos ya citados con otros de origen gótico (arcos carpaneles, aparición de la crestería...), haciéndonos ver lo que de híbrido tiene este estilo que analizamos en donde los recuerdos medievales aún no han desaparecido y se mezclan con los clásicos en un intento de reformar el lenguaje sin haberlo comprendido del todo, pues, como ocurría a otros niveles, no existía un verdadero ambiente renacentista, sin aquellos humanistas y mecenas que en Italia habían logrado cambiar la forma de ver y hasta de pensar.
Nuestro plateresco es, por todo ello, una solución de compromiso que sólo con las nuevas generaciones de arquitectos, ya directamente formados en Italia (Machuca o Covarrubias), lograrán hacer (tanto en lo ornamental como en las estructuras) verdaderamente clásico. Para ello deberemos de esperar al reinado de Carlos V, pues mientras sean los Reyes Católicos los que ejerzan el mecenazgo, como ocurre en este caso, buscarán ante todo un arte que glorifique la institución de la nueva monarquía, mostrándose bastante eclécticos a la hora de elegir estilos (a la vez que se encarga esta fachada plateresca, la misma reina Isabel le encargará a Gil de Siloé, artista por completo gótico, la decoración medieval de la Cartuja de Miraflores).
Esta fachada es, además, uno de los ejemplos más tempranos del estilo y, por tanto, donde es más clara su filiación a la mentalidad gótica. Años más tarde, el plateresco irá purificando sus líneas y reduciendo su decoración a lugares concretos (portadas, marcos de ventanas...) como se puede observar en la obra de Gil de Hontañón (Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares). De esta evolución hacia una mayor sobriedad se pasará al llamado purismo de tiempos del emperador, citado anteriormente.



PALACIO DE CARLOS V EN LA 
ALHAMBRA DE GRANADA


Palacio de Carlos V
Fecha: 2 ½ s. XVI [ 1550 ]
Estilo: Renacimiento Español: Clasicismo
 Autor: Pedro Machuca
Material: Piedra. [ Caliza ]

El emperador Carlos V, enamorado de la Alhambra, hizo construir en su mismo corazón un palacio, símbolo del impero y de su impulso renovador.

Comentario en la página 42 del cuadernillo.








SIGNIFICADO / CONTEXTO Todos los palacios tienen una doble función: representación del poder y servir de residencia a al que lo manda construir. Está construido dentro de la Alhambra de Granada y para ello hubo que destruir una parte de los palacios nazaríes. Aquí el Emperador y Rey recibía, tenía audiencias con la nobleza y a su vez era la residencia oficial cuando estaba por España. Representa muy bien la forma en como se concibió en Castilla el Renacimiento. Poco a poco se fueron introduciendo formas, elementos, influencias del Renacimiento Italiano, algo más tardíamente y especialmente de arquitectos del s. XVI, de la arquitectura manierista ( Serlio, Paladio etc.) En esta fase del Renacimiento en España que se llama, CLASICISMO O PURISMO, se caracteriza por el abandono de todos los excesos decorativos del periodo anterior, dominando las líneas rectas, los volúmenes claros y geométricos: el cuadrado, el círculo. Aquí se ven las influencias del humanismo, de las teorías NEOPLATÓNICAS.



MONASTERIO DE SAN LORENZO DEL ESCORIAL DE JUAN DE HERRERA

Tenéis un comentario con las partes más claras en el blog de Historia del Arte. 
No obstante, no dejéis de leer éste.

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Situado junto al monte Abantos en la Sierra de Guadarrama, este monumental complejo fue mandado construir por el rey Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557 sobre las tropas de Enrique II, rey de Francia y para servir de lugar de enterramiento de los restos de sus padres, el emperador Carlos I e Isabel de Portugal, los suyos propios y los de sus sucesores, así como un lugar de residencia para los monarcas. La planta del edificio, con sus torres, recuerda la forma de una parrilla, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que esto se hizo así en honor a San Lorenzo, martirizado en Roma asándole en una parrilla y cuya festividad se celebra el 10 de agosto, esto es el día que tuvo lugar batalla de San Quintín, de ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su alrededor.
En realidad el origen arquitectónico de su planta es muy controvertido. Dejando a un lado la feliz casualidad de la parrilla, que no apareció hasta que Herrera eliminó las seis torres interiores de las fachadas, la planta parece estar basada más bien en las descripciones del Templo de Salomón del historiador judeo-romano Flavio Josefo, modificadas por la necesidad de adaptar esa idea a las necesidades del programa monástico y a las múltiples funciones que Felipe II quiso que albergara el edificio: panteón, basílica, convento, colegio, biblioteca, palacio, etc. Todo ello llevó a duplicar las dimensiones iniciales del edificio. Las estatuas de David y Salomón, flanquean la entrada a la iglesia como recuerdo a ese origen y mostrando el paralelismo con el guerrero Carlos V y el prudente Felipe II (David y Carlos los reyes guerreros y Salomón y Felipe los reyes prudentes)


Del mismo modo, el fresco de Salomón se sitúa en el centro de la biblioteca mostrando su imagen de mayor sabiduría: el famoso episodio con la Reina de Saba.
La obra dio comienzo, con la colocación de su primera piedra el 23 de abril de 1563. y fue encargada al arquitecto Juan Bautista de Toledo, que no pudo finalizarla al morir en 1567, Después de un breve período (1567 - 1569) en el que Giovanni Battista Castello 'El Bergamasco' asume la dirección y se construye la magnifica escalera principal del Monasterio, toma la dirección
  Juan de Herrera, que ya había sido ayudante de Juan Bautista de Toledo, quien la llevó a término en 1584, con tanto acierto que su obra dio origen a la denominada en arquitectura escuela herreriana. Al morir Juan Bautista de Toledo, se había finalizado la fachada del Jardín de los Frailes y gran parte del Monasterio, encontrándose casi finalizado el Patio de los Evangelistas.
Los grandes conocimientos de geometría de Juan de Herrera cambian la imagen del edificio, modificando las proporciones del complejo, la disposición de la fachada y las torres proyectadas por su antecesor. Continuando la traza de Juan Bautista de Toledo, simplifica su planteamiento. Mediante su aportación, contrastando con la sencillez de las formas y la austeridad de sus cuatro fachadas, el edificio se convierte en una alarde de ostentación y grandeza. La portada principal de soberbias proporciones, entre el Patio de los Reyes y la Iglesia, destruye la correspondencia clásica entre la fachada y la estructura, impidiendo ver desde fuera la fachada de la Iglesia a la que se llega a través del Patio de los Reyes. La influencia de Juan de Herrera, decisiva en el Real Monasterio, tiene una enorme influencia en la arquitectura española del momento, creando el estilo denominado Herreriano o Escurialense, caracterizado por la sobriedad.

La Iglesia

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En esta nueva etapa, se convoca un concurso para la construcción de la Iglesia, al que acudieron numerosos artistas italianos. Se eligió el proyecto de un artista italiano, Doménico Fancelli, que lo único que hizo fue trasladar los planos de San Pedro del Vaticano con algunas modificaciones. La planta de la Iglesia tiene como antecedente las plantas de cruz griega desarrolladas por Bramante, cubiertas con cúpula. Es de cruz griega inscrita en un cuadrado, pero se convierte en basilical al añadir un vestíbulo o nartex de cierto desarrollo (como en San Pedro Vaticano).
Las cubiertas son de medio cañón en los brazos, bóvedas rebajadas o baldas en los ángulos y una airosa cúpula central sobre tambor. El altar está situado en alto sobre el panteón real. La fachada de esta iglesia también es muy seria donde destacan las pilastras dóricas sobre las que corre un entablamento con triglifos y metopas.


La Biblioteca


La Biblioteca, a la cual Felipe II cedió los ricos códices que poseía y para cuyo enriquecimiento encargó la adquisición de las bibliotecas y obras más ejemplares tanto de España como del extranjero, fue proyectada por el arquitecto Juan de Herrera que, además de la misma, se ocupó de diseñar las estanterías que contiene. Los frescos de las bóvedas fueron pintados por Pellegrino Tibaldi. Dotada de una colección de más de 40.000 volúmenes de extraordinario valor, está ubicada en una gran nave de 54 metros de larga, 9 de ancha y 10 metros de altura con suelo de mármol y estanterías de ricas maderas nobles primorosamente talladas.

El Panteón de Reyes

 Consta de 26 sepulcros de mármol donde reposan los restos de los reyes y reinas que lo son por derecho propio  de las casas de Austria y Borbón, excepto Felipe V y Fernando VI. También reposan los restos de los consortes que son madres o padres de rey.  Los últimos restos depositados en el panteón han sido los del rey Alfonso XIII. Su esposa la reina Victoria Eugenia de Battemberg, su hijo S.A.R. don Juan de Borbón y Battenberg, conde de Barcelona y su esposa S.A.R. doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, condesa de Barcelona, padres del actual rey de España S.M. don Juan Carlos I de Borbón y Borbón. Con ellos se ocuparán todos los sepulcros del Panteón Real.




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