lunes, 26 de noviembre de 2018

B2.15 Describe los rasgos esenciales de la mezquita y el palacio islámicos.

ARQUITECTURA RELIGIOSA: PÁGINA 144

ARQUITECTURA CIVIL:

Entre las construcciones civiles destacan las de carácter defensivo, como la alcazaba, edificio militar que, además, tenía funciones de carácter civil administrativo.
Destacamos en segundo lugar las fortalezas o castillos, que servían para defenderse del ataque de los enemigos y aprovechaban al máximo las irregularidades del terreno.
 Y el otro tipo de edificio civil es el PALACIO:
 Habitualmente estaban poco ornamentados por fuera, pero que por dentro, como residencia de soberanos y príncipes, estaban profusamente decorados, para expresar así la importancia de sus moradores, que intentarían dejar admirados a los visitantes. Estos conjuntos arquitectónicos, tanto por las dimensiones, como por la complejidad y diversidad de espacios, llegan a ser verdaderas ciudades, como el palacio de Medina Al-Zahara, de Córdoba. Actualmente se conserva uno de los bellos salones del palacio califal, estructurado en cinco naves precedidas por un pórtico. La riqueza decorativa se despliega en los mármoles blancos grises y rosados de las columnas y en el exquisito recubrimiento floral y geométrico de los paramentos (Un paramento es cada una de las caras de todo elemento constructivo vertical, como paredes o lienzos de muros)Las columnas articulan ya un lenguaje propio: añaden decoración y epigrafía en las basas; potencian el cromatismo de los fustes y exhiben un gran trabajo de labra en los capiteles. El capitel califal cordobés no oculta las reminiscencias del capitel romano compuesto, con la unión de hojas de acanto y volutas jónicas, aunque lo enriquece con la filigrana surgida de la técnica del trépano

Los palacios, de dimensiones variadas, suelen estar divididos en dos partes, una dedicada a la vida pública y otra dedicada a la vida privada. Las numerosas dependencias del palacio se distribuyen alrededor de un patio interior, como sucede en el palacio-castillo de la Aljafería de Zaragoza, y a menudo disponen de bellos jardines donde el agua tiene una importancia primordial. Los mejores ejemplos son  la Alhambra de Granada y el palacio del Generalife, al norte de la Alhambra, caracterizados por una gran belleza interior en la que se conjugan con una armonía excepcional el arte y la naturaleza.

El conjunto palatino solía quedar cerrado en un recinto amurallado. Tanto estas fortificaciones como las murallas se componen generalmente de una serie de altas torres con merlones dentados y notables puertas de acceso, normalmente abovedadas.

En el ámbito de la Península Ibérica también cabe citar los baños públicos, que se situaban principalmente en centros urbanos cerca de los mercados y de las mezquitas. Tienen su origen en las termas romanas y constan de una sala de entrada o vestíbulo y tres salas destinadas a baños de diferentes temperaturas. Los baños árabes, sin embardo, no tienen sólo una función higiénica, sino también ritual.


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