La Gran Vía madrileña en 1974,
de Antonio López.
Aquí tenéis un buen comentario de Manuel Guillén que además nos muestra otras obras del autor así como una referencia al Hiperrealismo.
El resto de obras que vienen a continuación no son preferentes, pero os animo a que les echéis un ojo; no dejarán de sorprenderos.
Pintura (Museo Nacional de Arte Reina
Sofía),
de Tapies
Comentario en la Pág. 446
Este autor forma parte del grupo de pintores informalistas españoles que trabajaron de manera casi clandestina durante la dictadura franquista. Podéis leer sobre ellos en la página 439.
Gritón0 7, de Antonio Saura
El grito nº 7 es obra del pintor español Antonio Saura
(1930 – 1998). Saura, que se inició en el mundo de la pintura de manera
autodidacta al caer gravemente enfermo en la década de los cincuenta, estuvo
muy ligado con las formas surrealistas al comienzo de su carrera. Sus primeras
exposiciones se llevaron a cabo en ciudades como Madrid y Zaragoza pero será
tras su viaje a Paris en 1954 – 1956 cuando el artista comience a desarrollar
su verdadero lenguaje pictórico. Abandona la corriente surrealista para centrarse
en la expresión del cuerpo con obras de diversos formatos basadas en una
esquemática paleta de blancos y negros.
Fue precisamente por aquellos años en torno a 1957 cuando
Saura -junto con algunos de los artistas más destacados de la época Luís Feito,
Manuel Millares, Antonio Saura, Antonio Suárez, Pablo Serrano, Martín Chirino….
– formaron un nuevo grupo que revolucionaría la estancada pintura española de
la postguerra, El Paso. Las obras de estos artistas pretendían ser,
precisamente, un puente de paso entre el estancado mundo artístico en el que la
pintura española estaba anquilosada y las nuevas tendencias. Las buenas
intenciones y fuerza con la que surgió el grupo apenas duraron ya que tan sólo
tres años después El Paso se disolvió.
A finales de los cincuenta y principios de la década de
los sesenta Saura comienza sus famosas series; en su obra se hace fundamental
las influencias del expresionismo abstracto norteamericano, especialmente las
obras de Jackson Pollock o De Kooning.
En el año 1959 Saura realiza en óleo sobre lienzo Grito
nº 7 una obra de 195 x 130 cm, como ya hiciera Eduard Munch en 1893 Antonio
Saura olvida al personaje, su obra está basada en la simple y llana
representación de un grito. Un grito expresivo, fuerte, de rabia contenida.
Saura representa un personaje donde los rasgos
antropomórficos aún son bien discernibles: sus manos, la cabeza, las
extremidades… se han distorsionado como si de un monstruo se tratara, un hombre
deformado por sus sentimientos interiores.
El personaje de Saura que estalla en un grito
ensordecedor se disemina por todo el lienzo, sus extremidades estiradas al
máximo ocupan todo el cuadro. La obra transmite un movimiento centrífugo, desde
el interior del personaje se expande completamente por toda la superficie del
lienzo.
La expresividad de la obra es innegable, en ella se puede
ver como la pintura adquiere fuerza y dramatismo en cada pincelada. La carga de
empaste llega a ser tan saturada que se puede enlazar con el dripping o el
action painting desarrollado por Pollock en USA. Las gotas de pintura manchan
en lienzo de Grito nº 7 sin disgustar en absoluto al autor, como si su fuerza y
rebeldía interior se plasmaran en todas y cada una de las gotas que se derraman
en el lienzo.
La paleta es muy reducida –blanco, negro y gris- y sin
embargo consigue una gran expresividad; el blanco ocupa los espacios de las
pinceladas negras y la variación de las tonalidades otorga variedad a la
composición.
One: number31, 1950, de J. Pollock
Comentario en la Pág. 58 del cuadernillo.
Ctesíphon III, de F. Stella
Frank Stella pertenece a la abstarcción postpictórica, que surge en los años 60 en contra del escesivo subjetivismo y del acrácter instintivo e irracional de los pintores abstractos. La pintura de Stella es pues, una reacción contra contra el expresionismo abstracto. Su concepción de la pintura se llamó "no representacional", rechazando la idea de que el arte tuviera que representar las emociones del artista.En sus pripias palabras: "lo que ves es lo que ves".
En los 70 comenzó a utilizar lienzos con formas geométricas. La utilización de patrones decorativos recuerda al arte de los indios americanos.
Por más que he buscado no encuentro ninguna obra de Stella llamada Ctesíphon III. Podéis ver algunas obras suyas y saber más sobre su estilo en este enlace: pincha aquí
Equivalente VIII,
de Carl André
Estilo:
El minimalismo surge en Estados Unidos hacia los años 60 como antítesis del Pop Art y del realismo, que recibían mucha más importancia por parte de los museos y coleccionistas, por lo que los artistas buscaron una manera de reivindicar su posición. Así nació este estilo, influido por el constructivismo y el planteamiento reduccionista de Ad Reinhardt (pintor y escritor estadounidense, pionero del arte conceptual y el minimalismo).
Se caracteriza por la reducción de los detalles al máximo, apuesta por la sencillez y descarta los elementos sobrantes. Se utilizan los colores puros y predominan las formas geométricas simples, consiguiendo de esta manera orden y precisión.
Carl André:
Nació en Estados Unidos en 1935; se dedicó principalmente a la escultura y la poesía, en el ámbito minimalista, del arte conceptual y del Land Art (utilización de la naturaleza y el paisaje para la creación de las obras de arte).
Comenzó sus estudios en Massachusetts y posteriormente se trasladó a Nueva York para seguir con su formación. Empezó con varios trabajos con los que alcanzó gran fama internacional hacia finales de 1960.
Los materiales que más usaba eran placas de metal, madera y materiales industriales, conmovido por las formas geométricas que representaban las preocupaciones de su época.
Equivalente VIII
Esta escultura es una serie de 120 ladrillos refractarios colocados en un rectángulo de 6x10 en dos capas. La forma de cada uno de los ladrillos es distinta, pero tienen la misma masa, el mismo peso y el mismo volumen, lo que es hace ser equivalentes. Se dispone directamente sobre el suelo porque de esta manera se convierte en parte del espacio, haciendo que el espectador se relacione con la obra. Se encuentra en el Tate Modern, Londres.
En su inauguración (1966) causó mucha polémica y críticas por parte de la prensa ya que mucha gente consideraba que la cifra de 2.000 libras aproximadamente que se habían gastado los contribuyentes era excesiva por “unos ladrillos”; pero a día de hoy su valor ronda los 850.000€.
Vega 200, de Vasarely
El Op art, también conocido como optical art y como arte óptico, es un estilo de arte visual que hace uso de ilusiones ópticas. Además, surge a partir del arte cinético (Es una corriente artística, principalmente pictórica y escultórica, basada en el movimiento.).
Este movimiento nació en 1958, en Estados Unidos, aunque se empleó por primera vez en 1964 en la revista Times. Es una corriente artística abstracta, basada en la composición pictórica de fenómenos puramente ópticos, sensaciones de movimiento en una superficie bidimensional, engañando al ojo humano mediante ilusiones ópticas. Se situaban estructuras de repetición con un orden claro. Frente a otras tendencias racionales, el Arte Óptico se basa en principios científicos rigurosos con el fin de producir efectos visuales inéditos.
El movimiento quedó definido a partir de una exposición celebrada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York titulada “The Responsive Eye”, en 1965, que agrupaba a una serie de artistas de distintas nacionalidades que eran seguidores de esta tendencia.
Las obras de este estilo interactúan con el espectador provocando una sensación de movimiento virtual mediante efectos de ilusión óptica, desencadenando una respuesta dinámica del ojo y una cierta reacción psicológica que deriva de su apariencia.
Características:
- Principalmente, existe para idiotizar el ojo.
- Las composiciones crean un complejo de tensiones visuales en la mente, que da la sensación de ser una ilusión en movimiento.
- Las obras son planas, estáticas y bidimensionales.
- Usa los recursos de líneas paralelas, tanto rectas como sinuosas, contrastes cromáticos marcados, ya sea poli o bicromáticos, cambios de forma y tamaño, combinación y repetición de formas y figuras, entre otros recursos ópticos.
- Usa también figuras geométricas simples, como rectángulos, triángulos y circunferencias en tramados, combinaciones o formaciones complejas.
- Se usa el acrílico para obtener superficies lisas, limpias y muy bien definidas.
- El artista del Op-Art no pretende plasmar en su obra sensaciones o situaciones, no existe ningún aspecto emocional en la obra.
- Principalmente, existe para idiotizar el ojo.
- Las composiciones crean un complejo de tensiones visuales en la mente, que da la sensación de ser una ilusión en movimiento.
- Las obras son planas, estáticas y bidimensionales.
- Usa los recursos de líneas paralelas, tanto rectas como sinuosas, contrastes cromáticos marcados, ya sea poli o bicromáticos, cambios de forma y tamaño, combinación y repetición de formas y figuras, entre otros recursos ópticos.
- Usa también figuras geométricas simples, como rectángulos, triángulos y circunferencias en tramados, combinaciones o formaciones complejas.
- Se usa el acrílico para obtener superficies lisas, limpias y muy bien definidas.
- El artista del Op-Art no pretende plasmar en su obra sensaciones o situaciones, no existe ningún aspecto emocional en la obra.
Representantes:
· Víctor Vasarely
· Jesús Rafael Soto
· Bridget Riley
· Kenneth Noland
· Lawrence Poons
Víctor Vasarely (1906-1997)
Fue un artista al que se ha considerado a como el padre del Op-Art. Nació en 1906, en Hungría, donde comenzó a estudiar medicina en Hungría, pero dejó la carrera al cabo de dos años. Se interesó entonces por el arte abstracto y por la escuela de Muheely, en Budapest.
Se trasladó a París al principio de los años 1930 y allí trabajó como grafista, donde desarrolla su primer trabajo mayor, Zebra, que se considera hoy en día la primera obra de Op art. Durante los siguientes años, Vasarely desarrolló un modelo propio de arte abstracto geométrico, con efectos ópticos de movimiento, ambigüedad de formas y perspectivas, e imágenes inestables.
A partir de 1948 expone habitualmente sus obras a la galería Denise René. En los años cincuenta introduce nuevos materiales a su trabajo (aluminio y cristal), y comienza a realizar obras de integración en el espacio.
Más tarde, en 1965, recibe el Premio Internacional Guggenheim, y en 1965 el Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo. También en estos años realiza obras bidimensionales que sugieren visualmente el movimiento y obras tridimensionales que requieren el desplazamiento del espectador. En los siguientes años recibe algunos premios más de pintura, y en 1970 inaugura el Museo Didáctico Vasarely en el castillo de Gordes en Vaucluse y en 1976 se inaugura la Fundación Vasarely en Aix en Provence.
Vega 200
Obra realizada en 1968, es un cuadro que no tiene perspectiva cónica o anclaje alguno. Solamente es abstracto, pero mantiene motivos figurativos, que en todo caso son geométricos.
Lo que salta a la vista es una esfera que quiere sobresalir de un fondo plano. Pero luego de un momento, cabe fijarse que la esfera está compuesta de formas planas. Círculos insertos en un cuadrado. Teniendo una forma contra el color. O bien, al contrario, es una esfera que se desinfla y tiende a volverse plana.
El cuadro consiste en una combinación simple: círculos rodeados de un borde sobre un cuadrado. Sólo cambian los colores. Tres formas, y en rigor, seis colores. Por lo que tiene una complejidad combinatoria a partir de pocos elementos. Y mantiene unos colores mates y brillantes.
Observar Vega 200 permite una evocación casi romántica de lo cósmico. Por lo que la obra de Vasarely refiere a una estructura interna del mundo y de la realidad, al orden de los fenómenos.
Finalmente, Vega 200 consiste en una alineación vertical y horizontal de moléculas compuestas por contrastes de colores y formas básicas. El cuadro tiende hacia la superficie y permanece en ella, irremisiblemente. Contraste de colores. Uno claro contra uno oscuro.
Una y tres sillas, de J. Kosuth
El mundo está hecho de conceptos, definiciones y explicaciones sobre lo que
existe. El objeto existe como materia pero no es hasta que se le nombra cuando
adquiere una connotación, un significado y toma forma en el mundo de las ideas.
El arte cambió por completo a partir de Duchamp: su mayor aportación fue la
introducción del lenguaje al arte; las palabras, el objeto y las ideas
generadas a partir de su relación se convirtieron en la obra. Las piezas
artísticas dejaron de ser sólo “objetos bonitos” para apreciarse. Desde ese
momento el arte se debía pensar.
Joseph Kosuth, artista norteamericano activo entre
mediados de los 50, exploró una nueva función en el arte a partir de las idea
de Duchamp sobre el ready made, el estructuralismo francés y de las teorías del
lenguaje que surgían en los años 60, de ellas toma el “giro lingüístico” (las
ideas, reflexiones, análisis y estructuras que se dan a partir del lenguaje)
como parte de la obra de arte. Esto lo hace a partir de una postura crítica
para acercarse a las obras, ya que quiere dejar de hacer “arte como un objeto
decorativo”.
(Una y tres sillas) de 1954, es la primer instalación conceptual. En ella se presentó una silla, la
fotografía de la silla y la definición de silla. El título podría ser
ambivalente, sin embargo al confrontarlo con la obra es claro: hay una silla
(el objeto que conocemos por ese nombre) y tres sillas (el objeto, su
representación y su definición de diccionario: el concepto).
La silla por sí misma no significa mucho, es sólo un objeto de uso
cotidiano que puede materializarse de diferentes formas, sin embargo a lado de
la fotografía cambia, pues la idea que cada persona tiene sobre una silla puede
ser totalmente diferente aunque la función sea la misma. La definición de silla
limita el concepto de lo que se puede considerar acerca de ese objeto.
La silla, su representación y definición nos refieren al mismo concepto,
pero la idea de “silla” en el contexto de la instalación está dirigida a un
objeto en específico.
Lo que hace Kosuth es una reducción de la obra de arte a palabras e ideas
que se convierten en conceptos impuestos sobre la realidad inmediata. La obra
de arte es equivalente a una idea; el problema del arte a partir de este
momento es el cómo se materializa una pieza a partir de un sistema lógico (el
lenguaje y los conceptos) que ofrece una verdad: es innegable y no hay
múltiples interpretaciones.
Las aportaciones más importantes de Joseph Kosuth al arte fueron la
introducción de materiales industriales novedosos y tecnológicos, a la par que
implantó de manera formal en el arte la cuestión de “conceptos” a partir de un
aparato crítico y teórico (en Art after Philosophy de 1969, deja todas sus
ideas sobre arte) que apuntó hacia un nuevo rumbo: la desmaterialización de la
obra de arte al concebirlo como un concepto.
En este contexto, la obra de arte se convirtió en una reflexión sobre sí
misma y sus posibilidades. La única herramienta para hablar de ella son los
conceptos e ideas acerca del objeto, lo que colocó al arte en problemas y en
una serie de preguntas sobre sí mismo, pues se comenzó a cuestionar sus
principios, su función, sobre lo qué es y qué no es arte.
Iglú con árbol,
de Mario Merz
Mario Merz es un pintor y escultor italiano que nació en Milán en 1925 y
murió en Turín en 2003 y es una de las figuras más representativas del arte povera. Es famoso, sobre todo, por
sus iglúes formados con materiales diversos, que comenzó a confeccionar en
1968. Inició su carrera con una pintura de carácter expresionista,
dominado por colores violentos. Poco después comenzó a componer objetos
recogidos en la basura, como botellas, vasos, paraguas o televisiones,
iluminados por tubos fluorescentes que transformaban los colores de los
materiales y resaltaban sus texturas más inapreciables. En 1968 se adscribió al
movimiento povera presentó su primer Iglú, con la palabra luminosa Giap trazada
en tubos luminosos de neón.
Esta escultura de Mario Merz pertenece
al arte povera. Los precursores de este arte son
Alberto Burri y Lucio Fontana. El término arte povera, en italiano "arte
pobre", es una tendencia dada a conocer a finales de los sesenta,
cuyos creadores utilizan materiales considerados 'pobres', de muy fácil
obtención: como madera, hojas o rocas, placas de plomo o cristal, vegetales,
telas, carbón o arcilla, o también materiales de desecho y, por lo tanto,
carentes de valor.
Tratan de provocar una reflexión entre el
objeto y su forma, a través de la manipulación del material y la observación de
sus cualidades específicas. El arte povera prefiere el contacto directo
con los materiales sin significación cultural alguna, materiales que no importa
su procedencia, ni uso, que sean reutilizados o transformados por el artista.
Sus obras parten de una acción, como
modelar, estrujar, doblar… una transformación natural del material.
Es un arte pobre en materiales pero rico
en significados.
Utilizan elementos naturales como la
tierra, la vegetación y los minerales como una aproximación anti moderna a las
artes, es una crítica a la tecnología y la industrialización.
Ahora explicando esta escultura podemos
ver que se trata de una estructura metálica de hierro, vidrio y ramas de árbol.
Merz utiliza la estructura del iglú como
una forma de mostrar la interacción constante entre los espacios: el espacio
interior de la semiesfera como un espacio de abrigo e intimidad individual y el
espacio exterior como el mundo donde se manifiestan todas las actividades
sociales y políticas del ser humano.
El significado del iglú dentro de la
trayectoria artística de Merz fue esencial, pues le permitió expresar de modo
sintético su pensamiento plástico. Merz logró mostrar, a través de los
materiales utilizados, que su preocupación también residía en la noción
espacial. Con el tema del iglú, Merz permite que el observador comprenda cuán
importante es el espacio exterior, en unas ocasiones, y, en otras, cuán
significativo resulta el espacio interior.
Merz no sólo se interesó por estos
aspectos constructivos, sino que logró mostrar, a través de los materiales
utilizados, que su preocupación también residía en la noción espacial. Con el
tema del iglú, Merz permite que el observador comprenda cuán importante es el
espacio exterior, en unas ocasiones, y, en otras, cuán significativo resulta el
espacio interior.
de A. Warhol
Obra: Marilyn Monroe
Autor: Andrew
Warhola [Andy Warhol] (1928-1987)
Fecha: 1964
Estilo: Pop Art. Pintura del siglo
XX
Técnica: Serigrafía sobre lienzo.
El Pop Art, movimiento artístico
originado a mediados del siglo XX, se desarrolla con fuerza en la década de
1960. Surge como reacción ante las corrientes artísticas de la época, sobre
todo, del Expresionismo abstracto (ver comentarios a obras de Rothko y
Pollock), que se había desarrollado a partir de la Segunda Guerra Mundial, al
que se consideraba vacío y elitista, demasiado elaborado y abstracto, muy
alejado de la sociedad. El adjetivo popular no se identifica aquí con las
manifestaciones tradicionales o folklóricas de un pueblo, sino con toda la
subcultura propia de las economías capitalistas más desarrolladas. El Pop Art
será la plasmación práctica de la idea que el escocés Eduardo Paolozzi había
tenido ya en 1947, cuando reuniendo diversos objetos encontrados en su vida
cotidiana, construyó una obra que reunía aquello que constituía a la sociedad
de su época. Se tituló I was a Rich Man's Plaything, en la que por primera vez
aparecía la palabra Pop.
Sus autores recurren
sistemáticamente al uso de objetos cotidianos de la sociedad de consumo, de
productos del mercado, de todo lo que cualquier persona podía ver cada día.
Pretenden elevar a la categoría de arte todos aquellos productos cuya difusión
se realiza gracias a la publicidad de los "mass-media": historietas
de comics, fotografías de estrellas del cine, de la televisión, anuncios
comerciales, fotonovelas, etc.
En términos generales, aunque no
lleva implícita carga crítica alguna, sí hay una cierta crítica de la sociedad
de consumo al presentarla fuera de su contexto para que la relación del
espectador con el producto sorprenda y le obligue a reparar en lo que
cotidianamente le tiene alienado. Con estos planteamientos se acababa con la
sacralización de la obra de arte (ya lo había hecho el Dadaísmo) que dejaba de
ser algo que sólo se viese en los museos.
Las creaciones del pop art
parodiaban, adoptaban y capitalizaban los símbolos del consumismo, el éxito y
la fama, así como la cultura de masas. Uno de los cuadros más conocidos de
Warhol es la reproducción de múltiples imágenes de la fotografía de Marilyn Monroe
-sex-symbol e inalcanzable diosa del cine-, coloreada sin atención al detalle y
con tonos planos y extremados. Esta obra se encuadra en una serie de
litografías que creó a principios de los años sesenta (Liz Taylor, James Dean,
bote de sopas Campbell, botellas de Coca Cola, Mickey mouse, etc.). Todos ellos
son símbolos de la sociedad de consumo sin significado, no esconden ningún
sentido oculto como tampoco hay denuncia. Warhol sólo reflejaba la apariencia
de las cosas, no juzgaba, no opinaba, no tenía nada que decir.
En su pintura, además del uso de
imágenes sacadas de la vida diaria –práctica habitual entre los artistas del
pop- hay otra constante: la repetición en serie de cada uno de sus temas. Esta
característica está muy ligada a su particular proceso creativo ligado a la
utilización de técnicas de arte aplicado –fotografías proyectadas en la tela,
calcos similares a las técnicas de frotado, sistemas industriales como el
serigráfico-. A Warhol le gustaba el aspecto impersonal en que desembocaba este
sistema de trabajo. La misma cara de la famosa Marilyn retratada en serie
resaltaba la superficialidad y banalidad de la fama.
El Papa que grita (a partir del retrato de Inocencio X)
de Francis Bacon
El artista inglés Francis Bacon (1909 – 1992) residió
los últimos años de su vida en España, en Madrid, y visitaba asiduamente el
Museo del Prado, donde contemplaba una y otra vez las obras de Diego de
Velázquez. Entre ellas le gustaba especialmente el Retrato del Papa Inocencio
X, y de aquella obra barroca realizó su propia interpretación en varias ocasiones
a lo largo de su vida.
Sin duda alguna, el resultado es bien diferente
respecto al original velazqueño. Nos presenta al Papa que en la obra de
Velázquez se nos mostraba como todopoderoso, como un personaje patético e
impotente. Vemos un rostro de rasgos exagerados y deformados, como es habitual en
el conjunto de la obra pictórica Bacon, por ejemplo en telas como la Falsa
figura detrás del espejo. La imagen nos da una apariencia bastante
espeluznante.
La elegante sotana del Sumo Pontífice del siglo XVII
aquí se transforma en un simple batín de hospital, y el personaje en vez de una
actitud regia, lo vemos gritando sobre un trono que parece haberse transformado
en una silla eléctrica, que se ilumina para darle una descarga mortal.
Las líneas diagonales de la parte baja del cuadro
podrían absorber esa electricidad para mandársela a la silla en sentido
ascendente. Mientras que las líneas verticales que recorren la tela sería esa
corriente que atraviesa la carne del personaje, y se convierten en líneas muy
duras e irregulares sobre todo al traspasar la cabeza del Papa.
La obra original de Velázquez de 1650 fue
reinterpretada por Francis Bacon en más de cuarenta pinturas, estudios y
bocetos tres siglos después. Una obra a la que recurrió de forma reiterada
desde una primera vez en el año 1940.
Artísticamente le fascinaba la obra de Velázquez, pero
en cuanto al personaje retratado, lo eligió para convertirlo en el emblema de
los horrores cometidos en nombre de la religión a lo largo de la historia. Por
eso nos presenta un personaje exageradamente expresivo, con un rostro
cadavérico, transformado en una imagen realmente fantasmagórica. Y ubicado en
un trono distorsionado que colabora en la confusión visual.
Hay que entender esta obsesión por el tema religioso
sabiendo que Bacon fue educado dentro de unos estrictos valores católicos desde
su niñez. Una infancia en la que por ese motivo sufrió abusos y miserias que
evidentemente le marcaron durante toda su vida. Por ello, ya siendo un artista
maduro, no se olvidaba de aquello y con esta serie de cuadros se vengaba de
aquella educación y criticaba de forma cruel la doctrina y la institución de la
Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario